Una imagen típica del interior de nuestra hermosa Argentina, es la Plaza principal de cualquier municipio o pueblo. En este icónico lugar encontraremos el Palacio Municipal, una sucursal del Banco Nación, y / o del Banco de la Provincia, la confitería tradicional, la iglesia, y el hotel más antiguo del municipio o pueblo. Y si bien en este “microcentro” estaba la comisaría, en las últimas décadas, la mayoría de ellas fueron reubicadas en otro lugar estratégico.

Hace algunas décadas atrás, este entorno era la principal “Red Social” del municipio o pueblo, donde todos querían pertenecer de alguna manera, aunque sea dando la “vuelta al perro” alrededor de la plaza, tomando un aperitivo en la confitería tradicional, formando parte del municipio, yendo a misa los domingos, u ocupando un puesto importante en la Municipalidad.

¿Qué sucede hoy en día? Este entorno pintoresco que nos remonta a la época de nuestros abuelos y quizás de nuestros padres, ha quedado como ícono turístico del lugar. La confitería tradicional tiene “delivery” y “take away”, y la califican con “likes” o “comentarios críticos” que dejan su clientela, los visitantes eventuales, o turistas. Los hoteles se ubican estratégicamente en el corredor de mayor circulación turística. Los bancos se convirtieron en “home-banking”. Y la “Red Social” de la plaza que era cara a cara, o con las miradas desde los bancos de la plaza acompañadas del comentario: “mirá quien está allá”, “la viste con quien anda..”, y otros comentarios del tipo “chismeril”, se reemplazó por las múltiples “Redes Sociales Virtuales” que mal usadas son más inquisidoras, chismosas, reveladoras, e hirientes que el peor chisme esparcido por el peor chismoso del pueblo.

Si bien la mayoría de los “componentes” de este sitio icónico cambió, un par de instituciones se quedaron en el tiempo, tanto en la falta de comunicación con quienes deben interactuar, como así también en la falta de empatía con quienes tienen que vincularse. Una de éstas instituciones es la “Municipalidad”, y la otra… ya se la imaginarán.

Por eso se hace imprescindible empezar a delinear, exigir y capacitar a un nuevo perfil de gobernantes que estén capacitados para definir, desarrollar, implementar e integrar las soluciones de la “nueva era” que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos. Es imposible resolver problemas actuales y del futuro de una ciudad, o pueblo con herramientas del pasado. O, peor aún, no utilizar el enorme potencial de las redes para dar respuestas, y a veces ni siquiera para escuchar…

Para escuchar hay que partir de algo tan básico como preguntar a la ciudadanía. Con más de 2,5 millones de datos capturados, los políticos de la región han tuiteado o posteado una pregunta en solo 2% de las ocasiones. Esto resulta especialmente notable dado que los políticos suelen autoproclamarse como “campeones de la escucha”. Si los mensajes de las cuentas digitales están redactados en forma de pregunta, se considera que ese tono interrogativo puede estimular la interacción. No todo el énfasis retórico dirigido a la interacción ciudadana debe ser pensado como generación de contenidos con formato interrogativo; sin embargo, es llamativo que el uso de esta modalidad sea mínimo o casi nulo como acción para generar participación, al menos digital. A pesar de ello, se hace una lectura de las redes como si se tratase de una muestra parcial de la opinión pública, que asimila tendencias, reclamos, tonos y problemáticas.

Hoy a todos les interesa y les divierte la comunicación. El desafío es plantearla y gestionarla con profesionalidad, con racionalidad y con efectividad. América Latina es la región más activa en el uso de redes sociales (de los diez países que encabezan el ranking, cinco son latinoamericanos).

Por eso este contexto es altamente desafiante para la política. Los gobiernos deben salir de la organización por cargos para ir adaptándose a una organización de funciones. Debe definir, proponer e implementar Proyectos, con Planes que se comuniquen a la ciudadanía y se informen periódicamente su grado de avance. Tiene que incorporar profesionales especialista en la Definición Estratégica e Implantación de Proyectos de IT que formen parte en la definición de las soluciones y no solo de la “opinión”. Así es como el intendente será capaz de entender el poder y las formas de ejercer la autoridad conocida hasta hoy complementariamente con otro tipo de relaciones.

En definitiva, más allá de la conducta de los gobernantes frente a las redes sociales y la tecnología, y de la voluntad de gestar y constituir equipos altamente capacitados que entiendan las redes sociales desde la necesidad comunicacional, el cambio de paradigma sería “digitalizar” la forma de gobernar comprendiendo la relación entre redes, gobierno, política y ciudadanía para legitimar las gestiones de gobierno realmente orientas a los ciudadanos.

Artículo realizado para www.cypel.site.